Cuando visualizamos nuestra vida creamos una
realidad subjetiva de como
querríamos que fuera nuestra vida, y en esa realidad nos imaginamos como
querríamos tener de amor, de dinero, de salud, de relaciones, de trabajo...
podemos poner en esa realidad como somos nosotros y como queremos que sea el
mundo con el que nos relacionamos.
Lo que
hoy estamos viviendo es lo que en el pasado pensábamos, si hubiéramos
pensado distinto nuestra vida también sería distinta. Por eso es muy importante
que es lo que pensamos y que eso que pensamos sea en todo momento positivo.
Las
investigaciones más avanzadas determinan que la mente no distingue entre lo que
es real y lo que nos imaginamos, por lo tanto es bueno que cada día
visualicemos como queremos que sea nuestra vida. Si visualizas tu mundo como
quisieras que fuera, poco a poco irás
ganando confianza en tí mismo y verás como ese mundo que en un principio está
en tu imaginación pasa a estar también en la realidad.
Pasos a seguir para visualizar bien:
1.
Túmbate con los ojos cerrados, respira con la nariz lentamente llenando el
abdomen, y expira también lentamente. Relaja todo tu cuerpo, y siéntete bien.
2. Ahora
imagínate cómo quieres que sea tu mundo. Piensa en cada
cosa de tu vida como quieres que sea y piensa como que ese mundo es ya real,
que ya está presente, no pienses como algo del futuro, piensa que tu vida es ya
así.
Piensa en todos
los detalles, y siente lo bien que te encuentras en tu mundo. Debes sentir ese
mundo con todos los sentidos, con el tacto, el olor, el gusto... con todas las
sensaciones posibles.
Intenta incluir
en tu mundo elementos de la naturaleza como flores, árboles, nubes, el sol, la
luna, la lluvia...
3.
Siéntete agradecido por vivir
en un mundo así, tan maravilloso, tan lleno de vida, de abundancia y de amor.
Piensa que todo en el Universo es amor, que tú también eres amor, y da gracias
al amor por poder vivir en un mundo tan maravilloso y perfecto.
4. Repite este ejercicio
todos los días, durante 20 o 30 minutos.
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