APRENDA
A MEDITAR
Pasos hacia la Paz Interior
1. Toma actitudes correctas hacia la vida.
Deja de ser evasivo, o alguien que vive en
la espuma superficial, puesto que estas actitudes sólo pueden causar desarmonía
en tu vida. Dale la cara a la vida sin miedo y sumérgete por debajo de su
espuma superficial para descubrir sus verdades y realidades. Resuelve los
problemas que la vida te proporciona y encontrarás que el resolverlos
contribuye a tu crecimiento interno. Ayudar a resolver problemas colectivos
también contribuye a tu crecimiento, y estos problemas nunca deben eludirse.
2. Vive tus buenas creencias.
Las leyes que gobiernan la conducta humana
se aplican tan inexorablemente como la ley de la gravedad. La obediencia a esas
leyes nos empuja hacia la armonía, la desobediencia nos empuja hacia la
desarmonía. Puesto que muchas de esas leyes ya son comúnmente creídas, puedes
comenzar poniendo en práctica todas las cosas buenas en que ya crees. Ninguna
vida puede ser armoniosa a menos que creencia y práctica estén en armonía.
3. Encuentra tu sitio en el Esquema de la Vida.
Tú tienes una parte en el esquema de las
cosas. Qué parte es ésa sólo lo sabrás yendo adentro de ti mismo. Puedes
buscarla en silencio receptivo. Puedes comenzar a vivir de acuerdo con ella
haciendo todas las cosas buenas hacia las que te sientes motivado, dando a
estas cosas prioridad en tu vida por encima de las cosas superficiales que
habitualmente ocupan las vidas humanas.
4. Simplifica tu vida para lograr que tu bienestar interior
y tu bienestar exterior estén en armonía.
Las posesiones innecesarias son cargas
innecesarias. Muchas vidas están recargadas no sólo de posesiones innecesarias,
sino también de actividades sin sentido. Vidas recargadas son vidas inarmónicas
y requieren simplificación. Los deseos y las necesidades pueden llegar a ser lo
mismo en la vida del ser humano, y cuando eso ocurra, habrá un sentido de
armonía entre el bienestar interior y el exterior. Tal armonía es necesaria no
sólo en la vida individual sino también en la vida colectiva.
-- CUATRO
PURIFICACIONES --
1. Purificación del templo del cuerpo.
¿Estás libre de todos los malos hábitos?
¿En tu dieta le das énfasis a los alimentos vitales: frutas, granos enteros,
legumbres y nueces? ¿Te acuestas temprano y duermes lo suficiente? ¿Tienes
bastante aire puro, sol, ejercicio y contacto con la naturaleza? Si puedes
responder "sí" a todas estas preguntas, has andado un buen trecho
hacia la purificación del templo del cuerpo.
2. Purificación de los pensamientos.
No es suficiente hacer y decir las cosas
correctas: necesitas también pensar lo
que es correcto. Los pensamientos positivos pueden tener influencias poderosas
para el bien. Los pensamientos negativos pueden llegar a enfermarte
físicamente. Asegúrate de que no existe ninguna situación conflictiva entre tú
y algún otro ser humano, porque sólo cuando has cesado de albergar pensamientos
hostiles lograrás la armonía interior.
3. Purificación de los deseos.
Ya que estás en este mundo con el fin de
ponerte en armonía con las leyes que gobiernan la conducta humana y con tu
parte en el esquema de las cosas, tus deseos deben enfocarse en esta dirección.
4. Purificación de las motivaciones.
Obviamente, tus motivaciones nunca deberán
ser la codicia, o egoísmo o el deseo de autoglorificación. No deberías tener
siquiera la motivación egoísta de lograr la paz interior para ti. El rendir
servicio a tus congéneres debe ser tu motivación, antes de que tu vida pueda
llegar a la armonía.
-- CUATRO RENUNCIAS
--
1. Renuncia a la voluntad propia.
Tú tienes, o es como si tuvieras, dos yoes: el yo inferior,
que generalmente te gobierna egoístamente, y el yo superior, que está presto a
hacer de ti un glorioso instrumento. Debes subordinar el yo inferior, evitando
hacer las cosas que no son buenas hacia las cuales te sientes motivado, no
suprimiéndolas sino transformándolas, de manera que tu yo superior pueda tomar
el control de tu vida.
2. Renuncia al sentimiento de separación.
Todos nosotros, en todo el mundo, somos
células en el cuerpo de la humanidad. No estás separado de tus congéneres y no
puedes encontrar armonía para ti solo. Puedes encontrar armonía solamente
cuando te percatas de la unidad del todo y trabajas por el bien de todos.
3. Renuncia a los apegos.
Sólo cuando has renunciado a todos los
apegos puedes ser realmente libre. Las cosas materiales están aquí para ser
usadas, y cualquier cosa a la cual no puedas renunciar cuando haya rebasado su
utilidad, te posee a ti. Sólo puedes vivir en armonía con tus semejantes si no
sientes que los posees y, por tanto, no tratas de gobernar sus vidas.
4. Renuncia a todos los sentimientos negativos.
Trabaja por deshacerte de los sentimientos
negativos. Si vives en el momento presente, que es realmente el único momento
que tienes para vivir, tenderás a preocuparte menos. Si te das cuenta de que
los que hacen acciones poco amables están psicológicamente enfermos, tus
sentimientos de ira se convertirán en sentimientos de compasión. Si reconoces
que todas tus heridas internas son causadas por tus propias acciones erróneas o
tus propias reacciones equivocadas o tu propia inacción errónea, entonces
dejarás de hacerte daño a ti mismo.
PENSAMIENTOS
Todos podemos pasar nuestras vidas
dedicados a hacer el bien. Cada vez que encuentres alguna persona, piensa en
algo alentador que decir: una palabra bondadosa, una sugerencia útil, una
expresión de admiración. Cada vez que enfrentes una situación, piensa en algún
aporte bueno que hacer: un regalo acertado, una actitud considerada, una mano
de ayuda.
Existe un criterio por el cual puedes
juzgar si los pensamientos que tienes y las cosas que estás haciendo son
correctos para ti. Ese criterio es: ¿Te
han traído paz interior? Si no lo han hecho, algo anda mal --
así que sigue tratando.
Si amas a la gente suficientemente,
ésta te corresponderá bondadosamente. Si ofendo a la gente me siento culpable,
porque sé que si mi conducta hubiera sido correcta no se hubieran ofendido, aún
cuando no estuvieran de acuerdo conmigo. "Antes de que la lengua pueda hablar, debe haber
perdido su poder de herir".
A quienes se sienten deprimidos, yo
les diría: trata de mantener tu ambiente lleno de música bella y lindas flores.
Trata de leer y memorizar pensamientos inspiradores. Trata de hacer una lista
de todas las cosas que posees por las cuales deberías estar agradecido. Si hay
alguna cosa buena que siempre has querido hacer, comienza a hacerla. Hazte un
horario de actividades significativas y atente a ese horario.
Aunque otros sientan lástima de
ti, jamás sientas
lástima de ti mismo...eso tiene un efecto mortal en tu bienestar espiritual.
Reconoce todos los problemas, no importa cuán difíciles sean, como
oportunidades de crecimiento espiritual, y saca el mayor provecho de tales
oportunidades.
De todas las cosas que leas y de
todas las personas que encuentres, toma lo que sea bueno, aquello que tu "Maestro
Interior" te indique que es para ti, y deja lo demás. Si buscas dirección
espiritual, o la verdad, es mucho mejor ir a la Fuente a través de tu propio
"Maestro Interior" que buscarlo en personas o libros. Los libros y
las personas pueden solamente inspirarte. A menos que despierten algo dentro de
ti, no se ha logrado nada que valga la pena.
Nadie es verdaderamente libre si está
todavía apegado a bienes materiales, o a lugares, o a personas. Debemos ser
capaces de usar las cosas cuando las necesitamos y después renunciar a ellas
sin lamentarlo cuando hayan agotado su utilidad. Debemos ser capaces de
apreciar y disfrutar de los lugares por donde pasamos y, sin embargo, ir
adelante sin angustia cuando se nos llama a otra parte. Debemos ser capaces de
vivir en relación de amor con las personas, sin sentir que las poseemos ni que
debemos gobernar sus vidas. Todo lo que trates de retener en
cautividad te mantendrá cautivo a ti, y si deseas libertad debes dar libertad.
La vida espiritual es la verdadera vida; todo lo demás es
ilusión y es falaz. Sólo aquellos que están apegados a Dios únicamente, son
verdaderamente libres. Sólo aquellos que viven de acuerdo a su más elevada luz
tienen sus vidas en armonía. Aquellos que actúan basados en sus más elevadas motivaciones
se convierten en un poder para el bien. No importa que otros sean afectados
visiblemente. Nunca se debe buscar o desear resultados. Has de saber que toda
cosa buena que hagas, cada buena palabra que digas, cada pensamiento positivo
que albergues, tendrá un buen efecto.
Todas las personas pueden ser trabajadoras por la paz.
Cada vez que aportas armonía a cualquier situación carente de paz, contribuyes
al panorama total de la paz. En la medida que tienes paz en tu vida, la
reflejas a tu alrededor y en tu mundo.
Lo que se recibe desde
afuera puede ser comparado con el conocimiento. Lleva a un
"creer", el cual raramente tiene suficiente fuerza para motivar a la
acción. Lo que se recibe desde afuera y es confirmado desde dentro, o aquello
que se percibe directamente desde
dentro (que es mi modo), puede ser comparado con la sabiduría.
Lleva a un saber,
y la acción va paralelamente con él.
En nuestro desarrollo espiritual muchas veces se nos exige
arrancar raíces y cerrar diversos capítulos de nuestras vidas, hasta que ya no
estemos más apegados a cosa material alguna y podamos amar a todas las personas
sin ningún apego a ellas.
No puedes alejarte de ninguna situación, sin daño
espiritual, a menos que te alejes con amor.
Si quieres enseñar a la gente, joven o adulta, debes
comenzar donde ellos estén, a su nivel de comprensión. Si ves que ellos ya
están más allá de tu nivel de comprensión, deja que ellos te enseñen a ti.
Puesto que los pasos en el avance espiritual ocurren en tan variado orden, la
mayoría de nosotros podemos enseñarnos mutuamente.
La violencia física puede terminar aún antes de que
hayamos aprendido el camino del amor; pero la violencia psicológica continuará
hasta que lo hayamos aprendido. Sólo paz externa puede lograrse a través de la
ley. El camino hacia la paz interior es a través del amor.
Concéntrate en dar, para que así puedas abrirte a recibir.
Concéntrate en vivir de acuerdo a la luz que tienes, para que así puedas
abrirte a más luz.
Algunas veces las dificultades del cuerpo vienen a
demostrarnos que el cuerpo es simplemente un ropaje transitorio, que lo real es
esa esencia indestructible que activa al cuerpo.
Una vez que has encontrado la paz interior, el crecimiento
espiritual ocurre armoniosamente, porque tú, ahora gobernado por el yo
superior, haces la voluntad de Dios y no necesitas ser empujado a ello.
Nada amenaza a aquellos que cumplen la voluntad de Dios, y
la voluntad de Dios es amor y fe. Aquellos que sienten odio y temor están en
desarmonía con la voluntad de Dios y están propensos a tener dificultades.
Todas las dificultades de tu vida tienen un propósito.
Están impulsándote hacia la armonía con la voluntad de Dios.
¡Siempre hay
una manera de hacer el bien!
Lo que sufrimos es por inmadurez. Si fuéramos gente madura, la
guerra no sería un problema, sería imposible.
¡Por supuesto que confío en la Ley del Amor! Puesto que el
universo opera de acuerdo a la Ley del Amor, ¿cómo podría yo confiar en otra
cosa?
Para recibir Luz voy directamente a la Fuente de la Luz,
no a alguno de los reflejos. También hago posible que más Luz llegue a mí,
viviendo de acuerdo con la más elevada luz que tenga. No es posible confundir
la Luz que viene de la Fuente, pues llega con comprensión completa, de modo que se puede
explicar y comentar.
El juzgar a otros de nada te sirve y puede dañarte
espiritualmente. Sólo cuando logres inspirar a otros a que se juzguen a sí
mismos habrás hecho algo que vale la pena.
Jamás pienses que algún esfuerzo correcto tuyo haya sido
inútil. Todo esfuerzo
correcto produce buen fruto, sea que palpemos los resultados o no. Sólo
concéntrate en pensar, en vivir y en actuar en pro de la paz y en inspirar a
otros a hacer lo mismo, dejando los resultados en manos de Dios.
No puedes cambiar a nadie excepto a ti mismo. Después que
llegues a ser un ejemplo, puedes inspirar a otros a que se cambien a sí mismos.
En cualquier situación conflictiva debes estar pensando en
una solución que sea equitativa para todas las partes y no en una solución que
sea ventajosa para ti. Sólo una solución que sea equitativa para todas las
partes será viable a largo plazo.
Tus motivaciones deben ser buenas si quieres que tu
trabajo tenga un buen efecto.
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