jueves, 5 de abril de 2012

LA CÓLERA


La cólera es algo que se presenta, algunas veces como mecanismo de defensa o para protegernos de algún acto injusto o violento que se esté desarrollando en contra de nosotras, pero también sabemos que muchas personas explotan por las cosas más pequeñas y sin importancia, dejan salir su cólera en palabras hirientes y ofensivas, muchas veces decisivas en la formación de un individuo y aunque más tarde se arrepientan, ya no pueden recoger el daño que han hecho con sus acciones o palabras.

¿Qué pasa cuando esa cólera que muchas veces es parte de toda una vida, cuando las frustraciones y limitaciones que se han sufrido en la niñez o en la juventud, se usan como pretexto para descargar la ira en contra de personas de nuestro entorno?

¿Cuándo no se puede evitar estar enojadas con todo y con todos? ¿Cuándo nos toca tratar (aunque no queramos), con esa persona que siente que el mundo está en deuda con ella/él y dejan sentir su ira por la más mínima de las provocaciones?

Algunas veces podemos expresar la cólera de forma controlada, sin llegar a “explotar” como palomitas de maíz, o de modo agresivo y sin control, porque esa conducta puede ser desde intimidante  y hasta violenta que puede incluso, poner en peligro a los que amamos.

Muchas veces perdemos el control, nos dejamos llevar por la ira, no intentamos decir lo que sentimos con seguridad, buscando palabras lógicas y tranquilas y se recurre a un vocabulario de gritos y palabras fuertes y hasta soeces, en una discusión que pudo ser calmada.
Los problemas más grandes de cólera pueden darse en nuestro hogar, tal parece que la familiaridad y hasta cierto punto la confianza que sentimos en nuestro ambiente, nos da derecho de expresarnos de manera muchas veces brusca y lo que podría ser un problema pasajero, se puede salir de las manos y convertirse en una discusión violenta y acalorada donde las dos partes quieren tener la última palabra.

La cólera puede ser una variable de emociones, muchas veces nos sentimos irritadas/os y no sabemos por qué, muchas veces sabemos por qué y aún sabiéndolo,  no nos atrevemos a decirlo, y el no decirlo, el no hablar nos puede llevar de una irritación sin importancia a una explosión violenta.
Pensemos cuidadosamente antes de hablar, especialmente pensemos en lo que queremos decir. Si pensamos por un momento en lo que se esconde detrás de la cólera podremos expresarnos con mayor claridad en lo que queremos. Tratemos de escuchar a la otra persona, no olvidemos que todos tienen derecho a tener su propia opinión, intentemos estar seguras de sí mismas en lugar de ser sarcásticas y agresivas.
No olvidemos que la violencia engendra violencia. Las palabras subidas de tono y dañinas sólo servirán para recibir más agresión y ser lastimados, porque al final, todos queremos tener la razón.

¿Cómo controlas tu cólera y tus iras?



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