jueves, 5 de abril de 2012

LA VOLUNTAD



La voluntad debe educarse. Una forma es levantar  los papeles que veamos en el suelo o guardar cosas fuera de lugar. Hacer algo que nos cueste, que normalmente no lo haríamos pero que tenga un objetivo ùtil y simultaneamente sirva para educar la voluntad. Hacer algo que nosotros esperamos que  lo haga otra persona es mover la voluntad en un sentido que nos cuesta. Y esto es educarnos. Esta actitud, que en cierto modo va contra una situación estática de la que no quisiéramos salir, es subir un escalón positivo en nuestra personalidad.




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